Gastronomía

Huevos benedictinos con salmón

por Leo Jaciuk

l.jaciuk@nh-hotels.com

En pocas semanas se viene un nuevo fin de semana largo y muchos tendrán la posibilidad del primer descanso luego del inicio de clases y el regreso a las rutinas familiares que se dejan un poco de lado durante los meses de verano. Es una buena oportunidad para disfrutar, en compañía con los seres queridos, de un buen desayuno tardío o almuerzo relajado, antes o después de una caminata relajante. Para mí, eso es sinónimo de los tradicionales huevos benedictinos.

Se trata de un plato de origen norteamericano, generalmente servido sobre dos panes, con jamón, salmón o el típico fiambre estadounidense pastrami.

La receta original señala que el pan debe ser un “english muffin“, el típico pan de las hamburguesas, pero les aseguro que queda muy bien con unas rebanadas de pan brioche o alguna de esas figazas de manteca -seguro que en su barrio tienen una panadería que les brindará ese pan que más les gusta-.

Otra de las particularidades es la salsa holandesa que da un poco más de trabajo que, simplemente, incorporar algún aderezo comercial, pero que vale la pena y, por eso, les doy todos los detalles para que puedan sorprender a los suyos.

Huevos benedictinos con salmón

Ingredientes (para 4 porciones)

4 rebanadas de pan

200 gramos de salmón ahumado o curado (Grave lax)

2 cucharadas de vinagre

4 huevos

150 gramos de manteca

3 yemas de huevos

1 cucharada de jugo de limón

1 pizca de pimienta

1 pizca de estragón

1 pizca de sal

Preparación

Primero hacer la salsa holandesa, mezclando las 3 yemas de huevo con el jugo de limón y una pizca de sal. Batir enérgicamente para conseguir que queden montadas.

Derretir la manteca a fuego muy lento (o utilizar microondas). Cuando esté a punto, sin remover y con la ayuda de una espumadera le retirar la espuma que le queda flotando. Retirar la mantequilla del fuego y pasarla a un bowl, en el que muy poco a poco se va a ir incorporando la mezcla de huevo y limón, batiendo rítmicamente y enérgicamente. Este proceso conviene hacerlo en caliente y para ello es útil trabajar cerca de la hornalla o al Baño de María, hasta que la mezcla quede bien emulsionada, es decir, con una consistencia brillosa y cremosa. Al terminar añadir el estragón y la pimienta.

Hay que tener cuidado, porque puede cortarse.

Una vez lista la salsa, hay que hacer, uno a uno, los cuatro huevos poche. Para ello poner al fuego una olla con agua y vinagre, llevar a ebullición, cascar un huevo sobre el agua y dejar que cocine, durante 2 o 3 minutos. Para que queden bien armados, pueden generar un remolino con un batidor y colocar el huevo con cuidado, justo en el centro.

Para emplatar, tostar apenas el pan, disponer encima el huevo poché, distribuir alrededor las fetas de salmón ahumado y terminar con la salsa holandesa.

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